LOST

"Live together, die alone", Jack SHEPARD

viernes, 16 de octubre de 2009

Azul Vs. Naranja

Grey's Anatomy: 6x05; "Invasion"

Con la llegada de los nuevos del Mercy West, nos esperan muchas emociones en los siguientes capítulos. Y este, el quinto, no podía ser menos. La fusión está presente en la serie, en momentos me gusta y en otros momentos no. El nuevo cristal que anuncia “Seattle Grace, Mercy West Hospital” no me gusta nada. Algunos momentos graciosos, sí.

El off de Meredith en este capítulo se refiere a la invasión que están sufriendo los personajes de “toda la vida” frente a la llegada de los nuevos. Los califica de bacterias que deben ser eliminadas.

Nada más llegar a la sala de residentes, una doctora de naranja, bajita y con los ojos saltones, llamada Reed Adamson, se enfrenta con Izzie. Y es que no se le ocurre otra cosa que ocupar la taquilla de George. Inapropiado hasta el límite.

Antes de empezar a trabajar, todos se reúnen para ver a Meredith, que todavía está en cama debido a la operación de hígado. Ella les dice que deben luchar, puesto que ese es su hospital, allí es donde han nacido, o como médicos al menos. Empezamos a ver la tristeza de Cristina, que creo que en parte está perdiendo el ánimo por la medicina, puesto que no debería ser una lucha, sino una vocación.

Callie – Arizona – Padre de Callie. Este tema se desarrolla desde que, al principio del capítulo, Callie es avisada de que su padre ha venido a verla. Pero no ha venido solo, sino acompañado del Padre Kevin, un cura que intentará convencer a Callie para que abandone su homosexualidad. La insensibilidad del padre de Callie con respecto a este tema es tan evidente y tan injusta, que dan ganas de zarandearle y gritarle: ¡qué es tu hija! No sé por qué, pero desde el momento en el que Callie le recita a su padre pasajes de la biblia para hacerle entender que él no puede juzgarla, he caído en la cuenta de que Arizona iba a ir a hablar con él de un momento a otro. Y así ha sido. Le cuenta al padre de Callie su propia historia, por la que sabemos que, aunque el padre de Arizona también era un hombre estricto, dedicado a su nación en lugar de a un Dios, como el padre de Callie, cuando se enteró de la homosexualidad de su hija, no la rechazó, sino que la aceptó, porque, al margen de su orientación sexual, ella era la hija que había criado, y de un modo u otro no la podía rechazar. Así, por fin, el padre de Callie entra en razón, y le dice a su hija que está ahí para recogerla si se equivoca y que, si no está confundida y las cosas con Arizona salen bien, le podría dar a su madre una boda y, más tarde, nietos. Y, por fin, me ha caído un poco mejor este hombre. Ya era hora de aceptar la realidad y dejarse de tonterías.

Jackson Avery – Doctor Hunt – Cristina. Es triste ver a Cristina así, cuando ella siempre es irónica y activa, en este capítulo se la ve sin energía y temo mucho por su futuro en la serie, porque no sé qué va a pasar y eso me confunde. Me da rabia que Owen no sea capaz de apoyarla simplemente porque ella se ha tomado su tiempo de ir a comer y el nuevo, el doctor Jackson Avery, ha resuelto algo que ella habría podido hacer perfectamente, seguro. Entiendo que ella le diga a Meredith que echa de menos a Burke, porque por lo menos con él podía hacer lo que le gustaba y aprender y ahora, por mucho que se haya esforzado y le haya salvado la vida, Hunt no le deja ayudarle y se siente impotente. Cada vez me gusta más la relación Mer-Cris, porque son taaan amigas, y se nota que se quieren tanto. Me encanta la escena en que Cristina entra a la habitación de Meredith, llora, le dice que echa de menos a Burke, aunque no por el sexo sino por las operaciones de corazón, y luego se tumba con ella en la cama del hospital, Meredith la abraza y se quedan así viendo una peli. Está claro que Cristina no tiene nada por lo que luchar, y eso me asusta.

Izzie – Charles Denman. Está claro que las apariencias engañan y mucho. Después de intentar cubrirse con una coraza al principio del capítulo, el compañero de Izzie, Charles, se entera de que esta tiene cáncer. A cambio, le cuenta algo muy personal suyo: que está enamorado de Reed. En ese momento cae la muralla que Iz había construido y se fía por completo de este doctor desconocido que, desde el principio, da mala espina, pero como Iz confía en él, tú piensas “anda, fíate”. Pero luego te das cuenta de que no estás equivocada y de que él se está aprovechando de ella. Aunque él le pide le dice que no es nada personal, Izzie se enfurece, le dice que jamás estará a la altura de aquellos que perdieron por tirarse delante de un autobús por salvar a una desconocida y, con esa emocionalidad que la caracteriza, lee mal los resultados de su paciente común, y la pone una medicación que lleva a dicha paciente a tener una crisis. Se le para el corazón y ya no podrá tener el trasplante de riñón que tanto necesita. Es más, si no le consiguen ese trasplante en tres días, va a morir. Y entonces suena el busca de Izzie. Unas escenas más tarde, vemos como la puerta del despacho de Webber se abre, Iz entra y se le queda mirando. Y todo se viene encima. Porque anteriormente en este mismo capítulo le habían estado enseñando al jefe cómo despedir a sus trabajadores. Y la despide, sin más. Suelta un discurso, ignorando los sentimientos de Iz, a pesar de que ella le diga que la dejó volver cuando cortó los cables de Denny. Los tiempos han cambiado. Y ella le suplica, porque si la echa, no le queda nada. ¡Ah! El mayor error del jefe es decirle a Izzie que Alex le ha dicho algo, sin decirla el qué. Ella piensa cosas extrañas del que es su marido. Y te puedes esperar lo peor. Porque aquí empieza, o supongo yo, la ausencia de 5-6 capítulos en los que Katherine Heighl no aparecerá. ¿Cuándo vuelve? ¿Cómo? ¿Qué pasa con Alex?

Alex – Reed Adamson. Al principio del capítulo, Alex le pide al jefe que no sea duro con Iz porque aún no está recuperada del todo. ¡Qué caso le hace! Una relación algo tensa. Cómo no. Se pasan el capítulo discutiendo por el paciente, su diagnóstico, las pruebas, quién operará, quién tiene razón… Hasta que la hija del paciente les echa la bronca para que paren. Una vida está en juego. Aunque después Alex vuelve a engañar a Reed, diciéndole que Arizona es jefa de neurocirugía, mientras él se va a ver a Derek.

Lexie – April. Vaya duelo. Memoria fotográfica contra rapidez mental, o algo así. Derek apoya a la nueva. Lexie trata de ganar a April para no quedar como una idiota. Y su paciente la ayuda, porque le roba una especie de diario a la nueva para que Lex pueda encontrar sus puntos débiles y superarla. Y la dice cuatro cosas y la hace daño. Pero es que Lex tiene demasiada conciencia. Primero habla con su paciente y le dice que comparten responsabilidad por hacer que su compañera del Mercy West se sienta mal. Y después va a pedirla perdón, porque entiende que está asustada. April está recogiendo sus cosas de la taquilla, dando a entender que se va, pero dudo mucho que se vaya después de que Lex le ha pedido perdón.

Mer-Der. La verdad que no hay mucho Merder en este capítulo, aunque una de las pocas escenas en las que se les ve juntos es muy tierna, cuando él va a visitarla a ella a su habitación del hospital.

Escena Final. Los cuatro nuevos residentes del Mercy West, Charles, Jackson, Reed y April, asomados a la barandilla en la que, al principio del capítulo veíamos a los del Seattle Grace, Cristina, Izzie y Alex (Mer no que está en cama). Y una plaga de uniformes naranjas. Alex llega a la sala de residentes y encuentra una nota. Y claro que sí, es de Izzie. Y se va a la habitación de Mer, donde Cristina y ella seguían viendo la tele. Y les dice que Izzie se ha ido, que le ha dejado y que ni siquiera sabe a dónde o si volverá. Está tan triste.

Conclusión: este capítulo me ha gustado, bastante más que los primeros, creo. Supongo, más bien. Echo mucho de menos a George, mucho. Me encantaría que volviera. Es que esta serie se parece cada vez menos a lo que yo llamo (o llamaba) Anatomía de Grey, porque las cosas están cambiando mucho. Y, ¿qué se supone que va a pasar al final? ¿Van a quedar mitad y mitad de cada hospital, todos, solo de uno, solo del otro? No sé, no tengo ni idea. Y eso me intriga pero también me pone triste. Porque, como George ya no está, ni estará nunca más, ya nada podrá ser lo que era.

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