LOST

"Live together, die alone", Jack SHEPARD

domingo, 11 de octubre de 2009

Por Fin!

Grey's Anatomy, 6x04: "Tainted Obligation"

¿Qué más podíamos esperar? Con un guión bastante cargado de emociones, llegó el jueves día 8 de octubre, "Tainted Obligation" a las pantallas del salón de los norteamericanos, espectadores ansiosos, una vez más, por saber cómo se resolverá el asunto. Y después de tres capítulos algo insatisfactorios y, en mi particular opinión, insipidos, llegó el cuarto, sorprendente y lleno de drama, como tanto nos gusta. Meredith pasa por quirofano para darle una parte de su hígado a su "padre"... O como ella le llama, "el tío que me servía los cereales". Pero no es la cuestión. La cuestión es que lo hace por Lexie, su hermana. No puedo más que estar contenta por la fuerte relación que se ha creado entre ellas. Izzie lo pasa mal porque le toca un caso de cáncer de estómago y, como siempre, aún más si es posible debido a su reciente enfermedad, la médico discutirá y luchará por operar al paciente que, sin suerte, muere en la mesa de operaciones entre las manos de Izzie y Owen. Es comprensible la reacción de Hunt, al verse casi obligado por cuestiones morales de porcentajes a operar a su cancerígeno paciente, debido a la presión que Izzie ejerce sobre él. Y es comprensible que la de a escoger si ser médico o paciente. Alex está un poco ausente, o quizá es que no me he parado mucho a observarle; me ha hecho mucha gracia el tema del oso y de la supuesta inminente mudanza. Pero veo que las cosas entre Izzie y él no van tan bien como yo querría. Y luego está Cristina, como siempre detrás de las operaciones más interesantes, las mejores, esas que nos emocionan o que la puedan hacer ser la mejor. Y esta vez Derek le gasta una especie de broma, un alargamiento de pene, algo muy gracioso para los hombres, pero que ella se toma en serio, como siempre. Sin embargo, y debido a la fusión que se va a realizar con el Mercy West, se ve obligada a pedirle al jefe que la despida si realmente no es capaz de darle operaciones para enseñarla a utilizar el don que tiene a la hora de operar corazones; algo que siempre me ha parecido muy irónico, la inestable y dura doctora Yang, reparando corazones. La relación Owentina no aparece apenas (y sin apenas) en este episodio. Sigo esperando que de un momento a otro George aparezca en imagen, o escuchar su voz, o su risa. Le echo mucho de menos. Era el típico personaje que estaba allí con sus amigas en los malos momentos cuando le necesitaban, como Izzie con su paciente de cáncer en el estómago o Mer con el dilema sobre si operarse para su padre o no. Pero no está, ni siquiera está muy presente. Sin embargo, se acercaba ya el final del capítulo y no se le había mencionado, cuando una vez más, la doctora Bailey, la gran doctora Bailey le dice a una Meredith inconsciente en la camilla del quirófano algo así como: "tuve cinco residentes y cuatro de ellos han pasado por aquí. Uno de ellos tenía cáncer. Otro murió". Y lo dice de tal manera que sabes cuánto echa de menos a George O'Malley, porque era parte de la familia. Sobre Callie y Arizona tampoco hay mucho que mencionar, pero me ha gustado la escena del banco mirando la ciudad desde un lugar elevado, en el que Arizona guarda su comida en una bolsa marrón de papel porque Callie no hace más que hablar del trabajo y la fusión y le fuerza a ver que está siendo algo egoísta, no con esas palabras. Pero es lo que da a entender. Siempre me encantará Sara Ramírez. Y como última escena Lexie dándole un vaso de agua con una pajita a Meredith, recién despertada de la operación. Inigualable. Sólo puedo decir: ¡por fín, they're back! (more or less)

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